jueves, 27 de mayo de 2010

El amante olvidado


Escritor sin nombre,

Amante no correspondido,

Aunque pasas atroz hambre,

Te callas completamente dolido


Habitante de tu tierra,

Lugareño sin mentar

Has partido a la guerra

Sin armas para luchar


Dejaste a tu amada atrás

Aunque sabes que a ella le es igual

Y sin embargo piensas que algún día volverás

Para volver a visitar su hermoso lago de cristal


Te enseñaron que has de morir

Por tu tierra y tu gente

Pero sólo sabes que debes sobrevivir

Puesto que te lo dicta tanto corazón como mente


A casa retornas, compañero

Cubierto de oro, gloria y dolor;

Pero aunque sea terrible y efímero,

Sabes que gozarás de todo su amor


Mas te llevas un fuerte desengaño

Ella ya no está, se la han llevado

Y aún así, año tras año

Te llaman el amante olvidado.


miércoles, 26 de mayo de 2010

Qué tres cosas no hacer para tener a un profesor contento

Bueno, es una historia corta. A fin de cuentas, una anécdota es una anécdota y lo que pasa es lo siguiente: Por primera vez en mi vida, un profesor me ha llamado "hijo de puta", textualmente hablando.

Bueno, empecemos. Todo ha empezado una simple mañana de Miércoles en vísperas de Junio, oséase: Hoy. La mañana había pasado bastante lenta, tal vez por las tres o cuatro tazas de café que me veo obligado a tomar cada mañana antes de irme al instituto, y como de costumbre, me fui al instituto cabizbajo, cogiendo el autobús medio muerto de sueño... Un momento. No, no cogí el autobús, más bien: Corrí detrás de él.

Sí, señores, eché a correr más rápido que el correcaminos cuando le entra un apretón, justo cuando el autobús me cierra la puerta en las narices -y lógicamente yo me metí un sopapo contra el cristal que hizo "PLOC" al chocar mi cara contra el cristal y el metal- y entonces, ¡ale! ¡Quinientos metros corriendo! Lo increíble es que el autobús no se me escapase. Después de resbalar, tropezar con la gente, darme un soberano mamporro que casi me desencaja la mandíbula contra una señal de "prohibido aparcar" hecha de puro acero y pisar una naranja -que por cierto, apunte para gente que lleva prisa: No andes a la pata coja mientras te quitas las mondas-, logré subir al autobús. Lo cierto es que la conversación con el conductor fue un poco surrealista, y me sorprendo hasta a mí mismo por no haberle cascado con la naranja del carrito que llevaba la señora que iba detrás de mí a la plaza de abastos de la ciudad después de que me dijese en plan recochineo: "Qué, seica chove" -Qué, parece que llueve, en gallego, para los no familiarizados con mi lengua-. En serio, no sé cómo me contuve.

Bueno, a lo que iba. Primer paso para no tener a un profesor contento, levantarte mal y con prisas. ¿Que qué tiene que ver? Bueno, ahora lo veréis. Después de llegar tarde al instituto -segundo paso- y pegarme el carrerón padre hasta el vestíbulo hecho de mármol pulido después de cruzar todo el maldito patio de asfalto lleno de charcos, saltando porterías de fútbol e incluso los topes de alguna canasta por no rodearlas y ahorrar tiempo, pues... Con botas mojadas y de suela lisa... Correr no es la mejor opción. Bien, pegué un resbalón. Pero no de caerme de culo, sino de patinar encima del mármol. Otro hecho impresionante, la verdad, porque sinceramente... ¿Quién ha resbalado y le ha pasado que ha patinado cinco metros sobre mármol hasta darse un soberano golpetazo contra la puerta de cristal de enfrente? Bien, pues a mí sí. Ya sin preocuparme de lo que me dolía la cara -así no me podéis llamar caradura, si me permitís la licencia y el chiste malo por el cual Lope de Vega se removería en su tumba y Goyo Jimenez me intentaría colgar de los pulgares de los pies del mástil de un velero- subí las escaleras y llegué a clase. ¡Genial! ¡Sin falta, retraso! Una mancha más al expediente.

Ahora... El último paso, apoteósico: Prácticas del comentario de texto... En gallego. Ay, amigo, la has cagado. Es de la SGAE. Después de despotricar y argumentar en el comentario como podía dentro de mi sana inexperiencia en el campo, me tocó exponerlo. Entonces, el profesor sonrió como las hienas cuando ven una presa fácil y empezó a hablar en un fluido gallego, fruto del fuerte nacionalismo que está sufriendo mi tierra en los tiempos actuales; postura que no comparto pero que respeto en cierta medida. Qué pena que a este tío, no:

-¿A que é sorprendente a forma na que os que non teñen nin *censurado* idea do panorama económico español? A SGAE é necesaria, eu tamén teño obras publicadas e debo comer coma comedes vós, porque son un artista e cidadán... ([b]Traducción: ¿A que es sorprendente la forma en la que los tienen ni *censurado* idea del panorama económico español argumentan pobremente? La SGAE es necesaria, yo también tengo obras publicadas y debo comer como coméis vosotros, porque soy un artista y ciudadano...)[/b]-Entonces, como es lógico, voy yo y le rebato:

-Claro, a min paréceme xenial. Pero o que non é de recibo nin legal é que impoña un imposto público unha entidade financieira privada, que para colmo nela só reciben beneficios artistas de segunda fila como Bisbal-Momento en el que por cierto, la mitad de mis "maravillosos" compañeros me abuchearon y yo me sentí ovado por mi ocurrencia-Ou Chenoa-Más abucheos...-Pero non vexo ningún artista mellor no campo musical, por exemplo; varios coñecidos meus. O meu profesor de guitarra de feito, fai copias dos discos do seu grupo e regálallas aos seus alumnos en lugar de gritar coma unha hiena en celo "¡¡Os meus discos non vendidos!!". Ou tamen podo tomar coma exemplo aos irmáns Garcia de Warcry. [b](Traducción: Claro, a mí me parece genial. Pero lo que no es de recibo ni legal es que una entidad privada financiera española un impuesto público que para colmo en ella sólo reciben beneficios artistas de segunda fila como Bisbal o Chenoa. Pero no veo que ningún artista mejor en su campo musical, incluso siendo español. Por ejemplo, mi profesor de guitarra de hecho, hace copias de los discos de su grupo y se los regala a sus alumnos en lugar de gritar como una hiena en celo "Mis discos no vendidos". O tambiñen puedo poner de ejemplo a los hermanos García de Warcry)[/b]-Claro, mis compañeros no entendieron ni jota... Pero el profesor sí.

-¡O que non é normal é que vos sexades uns piratas copialotodo indesexables! [b](Trad.: Lo que no es normal es que vosotros seais unos piratas copialotodo indeseables)[/b]-Bien. Aquí llega el cúlmine, el apocalipsis, la crema de la crema y el monte del destino en el que Frodo tiró el anillo después de despachar a Gollum, o cuando David Bravo le hizo un señor "¡Zas, en toda la boca!" a uno de los directivos de la SGAE...

-¡¡O que no é de recibo es que vostede sexa un nacionalista e estea apoiando unha empresa privada española, cona, que aquí non hai coherencia nin para as ideoloxías!!-(Traducción: Lo que no es de recibo es que usted sea un nacionalista y esté apoyando una empresa privada española, coño, que aquí no hay coherencia ni para las ideologías)Entonces... Silencio. Un silencio tenso, muy tenso. Mis compañeros esperaban expectantes a ver si el *censurado* del profesor se me tiraría encima. Para mi sorpresa y para la de todos... Sólo me mandó callar. ¡Se quedó sin argumentos!

Eso sí, al final de la clase, hablando conmigo, lo que mejor me hizo sentir al notar su descontento fue:

-Nunca pensei que un alumno mio podia ser tan fillo de *censurado*. [b](Trad.: Nunca pensé que un alumno mío podía ser tan hijo de *censurado*)[/b]

¿Que es una tontería sentirse orgulloso por esto? Sí. Pero... ¿Cuántos habéis dejado en evidencia a un escritor, profesor, nacionalista y parlamentario del BNG ante unas 24 personas sin contarte a ti?

sábado, 22 de mayo de 2010

La venganza es mía.

Si alguien recuerda unas pocas entradas atrás, recordará un mensaje de esperanza. Era mentira. No hay esperanza en esta vida, y menos para los inútiles que esperan que alguien les eche la mano para sacarles del hoyo. Estaba agarrado a la pared, con los dedos sangrantes, apenas quedaban restos de lo que antes se podía haber calificado de uñas… Era una desgracia humana. Miró arriba, y vio que la persona que lo esperaba ya no estaba. Miró a la luz, pero el resplandor era demasiado. Entonces, miró abajo. Oscuridad. Inmensa, inconmensurable, su vista no daba distinguido el fondo, y sabía que si se soltaba, sería tragado por ella y finalmente, olvidado de los corazones de todos.

Tal vez se lo había merecido por ingenuo. Tal vez se lo merecía por confiar en alguien y aún así sabía que no podía confiar en absolutamente nadie, y menos si esa persona le prometía algo. ¿Ilusiones? Para imbéciles ¿Promesas? Para crédulos. Esas dos cosas han sido desde siempre el veneno que te hizo así de inútil e ingenuo; débil… Estúpido. Tal vez esas dos cosas te hayan alimentado y dado fuerzas antes, pero ahora… Han sido tu perdición. Ya estás sin fuerzas, extenuado, no puedes continuar y los dedos te duelen demasiado. Has derramado todas las lágrimas de cristal que te quedaban y ya no puedes ni lamentarte siquiera; tal vez por lo fuerte que resulta el dolor. Te pesa todo, no puedes ni con tu alma, y entonces piensas lo que pensabas antes: “La vida cuanto más vacía, más pesa”, y ahora notas cómo esa afirmación se hace realidad con cada vez más implacabilidad. Quieres soltarte y que la oscuridad te arrastre con ella. Quieres olvidarlo todo, dejar de dar valor a las cosas; dejar de sentir, de dar y de sufrir, de querer y esperar ser querido; porque sabes… Sabes que hay demasiados enemigos, y ningún aliado. Eres débil. Los dedos se van soltando y… Caes al vacío.

No gritas, no lloras… Ni siquiera piensas. Te limitas a cerrar los ojos mientras ves cómo todo tu esfuerzo se desmorona y la luz liberadora se aleja, mientras la oscuridad te envuelve con sus brazos negros, llamándote y susurrándote al oído. Y mientras las sombras te envuelven, los sentimientos vuelven; sustituyendo a la tristeza: Odio. Sufrimiento. Sadismo, dolor… Venganza. Te golpeas con todo el cuerpo contra el frío y duro suelo, emitiendo un grito de dolor, pero… No sientes nada. No te has roto nada, es más, sigues igual, y las manos han vuelto a estar sanas. Te levantas y miras las paredes, que parecen susurrarte de nuevo: “Sal, véngate. No te dan nada, para qué darles tú a ellos” Miras arriba y vuelves a ver esa luz que te llevaría a la libertad, o a la mayor opresión, y te parece más lejana que nunca. Aprietas los puños… La oscuridad tiene razón. Sólo hay una forma de cobrarse las cosas, y esa forma es… La venganza. Te vuelves a agarrar a las paredes, y ya no escalas: Saltas de pared en pared, con brío y fuerza, es fácil. Te impulsa algo que nunca te impulsó antes, y ahora estás incluso más cerca de la luz. Ya no te duelen los dedos, ni las piernas, ni los brazos, sólo el corazón; y eso ya no tiene cura.

Pero sí un atenuante. Mientras subes, sólo piensas en salir de ahí, y ya no vivir. Sólo sales para cobrarte todo el dolor que te causaron. Miras alrededor y ves el bosque, repleto de seres vivos, matojos y zarzas que apartar y aplastar. Empiezas a caminar y coges un callado del suelo, no para apoyarte, sino para defenderte y atacar. Si nadie va a ayudarte, pues tú vivirás para perjudicarles.

¿Por qué? Porque la venganza es sólo tuya…

miércoles, 5 de mayo de 2010

La canción olvidada

Muchos apelan al sentimiento
Pero yo apelo a la desolación
Cuántos me han dicho que miento
Cuando respondo que sólo busco una canción



Investigo los versos,
Palabras dedicadas a mi dama
Aunque no me responda con sus besos
Que sepa de veras quién la ama



Anhelo las notas
Sonidos que describan su voz
Dulces y suaves como la naturaleza rota
Como mi alma segada por su hoz



Un compás que describa su sonrisa
Férreas, blancas y guardianas rejas
De su hermosa y discreta risa
Que cuando me las dedica me acompleja




Plicas alargadas y finas
Que dibujen sus cabellos
Negros y radiantes cuales rimas
Jamás logre verlos tan bellos




Sólo falta una melodía
Que describa lo que no veo en el exterior
Sino la belleza que día a día
Se puede apreciar en su hermoso interior




Mas esta canción será olvidada
Con el fin de su autor
Cuya muerte será cumplida
Ya que su indiferencia es su gran dolor.

lunes, 3 de mayo de 2010

Los cinco dolientes.

Esclavo del arte

Amante de la libertad

Aunque ésta llegue tarde

El artista la ama de verdad


Creador de versos,

Amante sin correspondencia

Hambriento de ardientes besos

El poeta sufre su indiferencia


Preso de su habilidad,

Ansioso de desear,

Y aunque resulte fugaz;

El duelista sólo desea amar


Reo del vacío

Ejecutor del traidor

Loco por lo que le acaeció

El asesino, busca su amor


Víctima de la soledad

Expulsado de su manada

Su infortunio no tiene edad

El lobo solitario pierde a su amada


Los llaman los cinco dolientes,

Y aunque son los que peor viven,

Son los que más sienten

Pero también los que más sufren.